lunes, 22 de febrero de 2016

Mi primer amor

Para la mayoría de las mujeres su primer amor es su papá...para mí fue mi mamá.

Aún recuerdo como le hacía caminos de flechas y notas hasta su cuarto, donde la esperaba una tarjeta, un dibujo y un montón de "te quiero".

Siempre fuimos compañeras. Tuvimos nuestros altibajos, nuestras diferencias, pero siempre terminaba durmiendo en su cama...aún pasados los 20.

Un día como hoy, hace 5 años, mi primer amor, el amor verdadero partió físicamente. En mi egoísmo me repetí mil veces, aquel 21 de febrero, que me había dejado sola. Hoy sé que no fue así. Hoy, sin los límites del cuerpo, está conmigo siempre, en cada paso, en cada decisión, en cada problema y en cada solución. También comprendí que debía partir porque - citándola en el propio día de su muerte - "quiero vivir hija, pero no así". Ya aquello no era vida, ya ese cuerpo no era el suyo y su corazón, su alma necesitaba salir de él, para vivir, vivir, vivir en la plenitud de la muerte que es vida. No en vano su epitafio reza "Aquí comienza la vida"...ella misma lo escribió 9 años antes cuando enterramos al abuelo, su papá.

Mi mamá fue una mujer sabia, noble, solidaria, alegre, espiritual, cariñosa, respetuosa, correcta, nadaba entre las aguas de lo conservador e innovador, clásica y moderna, visionaria...en casa ella usó una Mac y navegó en internet primero que sus hijas, creía en la virginidad antes del matrimonio. Como buena abogada penalista, siempre con ojo para las malas y las buenas personas, para los malos y los buenos caminos....nunca se equivocó en sus lecturas acerca de mis amigos o gente que se me acercaba..."mosca con fulano" y fulano la cagaba jajaja. Madre al fin, madre intuitiva, madre tierra y cielo.

Está conmigo, lo sé y lo siento, pero no niego que abrazarla me hace falta, que escuchar su voz se hace necesario cada día...más nunca sonó mi celular de madrugada en mis salidas, más nunca un correo cargado de sabias palabras, de regaños poéticos...su ausencia física me sigue doliendo como el primer día. Y ese dolor se hace leve cuando la leo, por eso bendigo y agradezco que mamá fue poeta y nos dejó sus versos, sus letras que eran sus pensamientos y sentimientos, nos dejó su vida...

Cuando mamá murió, un amigo de ella me hizo llegar estas palabras que ella le había escrito en ocasión de la muerte de su abuela...siempre vuelvo a ellas porque son consuelo infinito, porque son un encuentro con ella:

"Vas a necesitar del silencio y de la soledad, para superar el dolor, debes concentrarte en tu todo y en tu nada; es esta la filosofía que te permitirá encontrar el camino de luz que necesitas para salir del dolor y volver a sonreír a la vida, que es el deseo que se llevó tu abuela sellado a su espíritu. Los dones que ella supo trasmitir a tu alma de niño, florecerán para siempre y tú le rendirás un eterno homenaje. Vivirás para la plenitud que llegará a través del arte, de la música, de la poesía, de amor a los demás y buscarás y aportarás un grano de arena en la construcción de un mundo más humano y más natural. Recorrerás el camino de lo irreal, porque en definitiva, nos pasamos la vida, persiguiendo lo irreal para llegar a lo real.


Tal vez, en este momento de dolor, sientas que te encuentras en el camino de los laberintos, pero no olvides que todos los caminos conducen al centro, y el centro eres tú mismo. Ante el duelo que te aflije, debo decirte que todos los caminos conducen a tu propia vida."

Delia Rengifo


Mi amor por ella sigue intacto...y la sueño feliz y sana, siempre con un vestido rojo que hace brillar más sus ojos y su sonrisa.

5 años y sigues conmigo, seguirás conmigo porque soy parte de ti.

Mi primer amor fue mi mamá.


1 comentario:

  1. MALE: Bello "recordatorio" si es que podemos tildar así tu texto hacia quien, más que recordarla, la tenemos presente (tú, yo y tantos otros) cada día. Gracias por recordarme este aniversario que no cuento en años, mese o días, porque a tu mamá la llevo en mi corazón eternamente. Dios sabe lo que hace y la llevó a la gloria eterna de la gente buena...aunque en sus designios divinos a mí me tiene todavía aquí en este "andar de mientras tanto", recordándola siempre y rezando por ella todas las noches de todos los días. Para ti y los tuyos, un sincero abrazo. Alberto.

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