martes, 13 de mayo de 2014

Voltear la mirada al presente


"Bastaría solo con renunciar
 a la recreación interminable del pasado,
 dejar a los próceres en sus cabalgaduras de piedra
 y atreverse a ver los ojos del presente
 y el futuro" 
Isabel Pereira Pizani



Al entrar a mi casa, un busto de Bolívar con mirada melancólica, sombrero de llanero, el tricolor sin las estrellas en el pecho, está roto en una esquina, un Bolívar triste, un Bolívar siempre vigilante.

Quizás, no sean muchas las casas que tengan la presencia de Bolívar de esta forma, pero El Libertador y toda la historia de nuestra independencia y fundación siempre están presente. La tarea heroica de nuestros libertadores, las ideas de república de 1810 aún laten como si hubiesen surgido ayer. Siempre aferrados a la idea del Mesías, el pasado se vuelve un asunto casi místico, religioso. Los próceres cabalgan en sus caballos de piedra, sin descanso, no los hemos dejado. La espada de Bolívar aún camina por América Latina.

"¡Después de Bolívar, Cristo, después de Cristo, Chávez!" es el grito a viva voz de mi vecino del apartamento 33. En su monedero las tres estampitas. Me ofrece unas cervezas el próximo viernes y me recuerda que Maduro es el hijo predilecto del comandante eterno, se despide, no sin antes pedirme la bendición. 

Religión y política siempre de la mano. El ejercicio de la política va acompañado de un carácter religioso, de ahí el culto a nuestros líderes, quienes deben causar en nosotros tal frenesí, tal euforia para poder traducirse en votos. Y así vemos, en balanza equilibrada a nuestros santos y políticos.

Este comportamiento está signado por la necesidad del venezolano de que una mano súper poderosa, omnipotente y omnipresente venga a solucionarle todos sus problemas. El mesianismo instaurado amen de la hazaña independentista, la cual nos coloca como víctimas de un saqueo, de una mutilación cultural, pero salvados y redimidos por la gracia de un libertador. Desde entonces, elegir a un presidente, es elegir a un salvador.

Quedan expuestos dos aspectos fundamentales: la reelectura constante del pasado para intentar repetirlo en el presente y el culto a los líderes políticos. Males que nos han dejado una profunda cicatriz, porque nos han impedido ejercer nuestra ciudadanía. Nos han disminuido en nuestro papel a desempeñar en el progreso de la nación. No estamos conscientes de lo necesarios que somos para la construcción de un país próspero, no terminamos de insertarnos en el Estado;  quizás de esto derive la atracción hacia el populismo, los intentos revolucionarios y las dictaduras militares que han caracterizado la historia poscolonial venezolana.

Nos hace falta voltear la mirada al presente, ansiar un futuro distinto. No sabría asegurar cual es el camino a transitar para deslastrarnos de estos males y de tantos otros. 

Me aventuro a decir que la primera tarea es con nuestros niños y jóvenes, quienes están ávidos de futuro. Al estar expuestos a tanta información y a tanta tecnología tienen la posibilidad de conocer otras formas de vivir y de ejercer la ciudadanía; son dueños de una enorme ventana de posibilidades. Los educadores tienen bastante trabajo, un reto y una responsabilidad. 


La segunda tarea está en quienes logran tomar conciencia de los aspectos negativos de nuestra idiosincrasia, quienes miran al pasado para entender el presente y no para seguir repitiéndolo. Tenemos que ser voz, tenemos que tomar los espacios, discutir al país, ser los protagonistas. Tomarnos en serio al país, ponernos de frente al futuro y darle la espalda al pasado.   

Leer artículo editado para Encuentro Posible

domingo, 27 de abril de 2014

Empezar por casa

Lunes, 9:30 de la mañana, me dispongo a comprar mi boleto en la taquilla de la estación de metro Altamira, doy los buenos días y no recibo respuesta alguna del otro lado de la rendija. Pido mi ticket acompañado del "por favor" correspondiente al mismo tiempo que entrego el billete. El boleto junto al vuelto es lanzado de mala gana hacia la rendija. Lo tomo y amablemente me despido deseándole un feliz día al joven que me ha atendido.

Voy de Altamira a Petare y en el vagón escucho tantas historias. El muchacho uniformado con carnet de la Sudeban hablando por celular sobre el cupo cadivi que le vendió a la hermana que se va para Panamá porque allá tienen un contacto que les va a raspar las tarjetas. La señora que vive en Catia va a Petare porque tiene un problema en una pierna y le hablaron de una curan
dera guajira que vive allá. Dos ancianas parecen conversar de sus hijos o nietos. Una pareja discute por quién cuidará al niño esta tarde. Mientras pedigüeños, vendedores y músicos desfilan para conseguir su pan de cada día.

Se desocupa un puesto en la estación Los Dos Caminos, me siento, estoy entre varios hombres que conversan. Uno lleva un sobre grande en la mano, de esos donde suelen ir las radiografías. Y efectivamente es una… relata que viene de las oficinas del Seguro Social de Chacao y que no ha podido conseguir el reposo para su mujer, porque es necesario que la paciente esté presente para que la chequeen. Se queja porque "cómo coño la baja de allá arriba de ese cerro con la pata enyesá". Comienzan a discutir de forma coloquial sobre la burocracia, me hacen reír en varias ocasiones. Mi risa no pasaba desapercibida para el que llevaba la radiografía, volteaba a verme cada vez que lo hacía. 
Estación Petare. Uno le dice al otro "ah sí es verdá que tu eres escuálido" y éste le responde "yo no soy escuálido, soy venezolano y trabajador". Fin de la discusión (terminó justo como lo imaginé). 
Todos nos bajamos en Petare. 
Sabía que el señor de la radiografía no iba a pasar por alto mi presencia, en la desordenada fila para subir las escaleras mecánicas me aborda:"tú no eres de por aquí, lo sifrina no te lo quita nadie, pero no sé porqué me pareces buena gente, quizás no seas tan escuálida cómo aparentas", me río y le digo "la verdad es que escuálida no soy, no sé si lo nota, pero mis kilitos demás tengo". Se ríe y responde "bueno, tú me entendiste lo que quise decir" y yo concluyo "sí señor ¿y sabe qué? también soy venezolana y trabajadora". Cada quien siguió su camino a las diferentes salidas en la estación. Me quedé pensando en que ningún venezolano puede ser ajeno a la situación actual del país, no es asunto de unos pocos, por el contrario, nos compete a todos. Pensé que ese señor y yo necesitamos pedirnos perdón. Y que de algún modo comenzamos hacerlo ese día. Porque nuestra interacción, la verdad, fue con respeto y no siempre es así.

Todos los días debo trasladarme de Altamira a Petare y pequeñas historias como estas tengo muchas, muchos personajes fugaces. Pero, todas las historias siempre van ligadas a la situación país. Más de las veces las discusiones terminan en insultos y gritos. Y es cuando pienso que no hace falta estar armados para estar en guerra. 

Juego a recordar una Caracas amable, en la que el muchacho del metro me daba los buenos días y todo era más limpio, los corazones sobre todo. La movilidad para mí es el metro. Ya con 6 años acompañaba a mamá al centro de Caracas. En una ocasión solté la mano de mi mamá en medio de un tumulto de gente, recuerdo la sensación de miedo. Un señor me alzó y me llevó a la mano de mamá de nuevo. Mi mamá me hablaba de la inseguridad, claro, era abogado penal. Pero, nunca me enseñó a tenerle miedo a la calle, del miedo a la calle no me habló, de sus peligros sí. Pero, la vida pasa en la calle y eso sí me quedó claro.

Desde los 11 años me fui caminando al colegio, a los 13 ya recorría Caracas en metro y metrobus sola. Hoy tengo 29 años y debo trasladarme a diario desde Altamira a Petare, siempre de peatón, nunca que he querido tener carro porque siento que cuando se es peatón, se vive más cerca de la gente. Seguro no soy la única, sólo busco decir con esto que he vivido el cambio de esta ciudad en 15 años y probablemente otros tienen unos 30, 50 o más años viendo la triste metamorfosis de la sociedad venezolana. 

Es un lugar común la añoranza de la Caracas de antier. La de los techos rojos. Esa con la que me encuentro a diario en el Centro Histórico de Petare: gente amable, los buenos días, las sonrisas cómplices, ese aire de provincia, ese espíritu alegre, ese lugar donde me siento como en mi casa. Es viajar en el tiempo. Pero, mi intención en estas líneas no es hablar tanto de Petare. Hago un intento de ilustrar, desde mi experiencia, cómo la crisis moral, la de valores, es probablemente la más grave de todas, sea quizás la causa de todas las otras crisis que estamos viviendo. Porque considero que para el progreso de un país es tan importante el escuchar los buenos días al entrar a una panadería como la decisión de medidas económicas específicas. La formación ciudadana es básica. El manual de Carreño ha perdido vigencia, porque parece no tener cabida en nuestro día a día. Parece habernos acostumbrado a tratarnos mal.

Empujones en el metro, malas caras en lo sito os de servicios, insultos, gritos, negativas, irrespeto, deshonestidad, corrupción, violencia, muertes. Y en estas palabras queda definida nuestra descomposición social, nuestro quiebre moral. Necesitamos un cambio de piel, pero para ello necesitamos primero reconocer que somos un sólo cuerpo. Y eso empieza por el reconocimiento del yo y del otro.


Nos hemos dedicado a la acusación férrea de nuestros gobernantes, a la denuncia de la falla de sus políticas sociales y económicas; nos hemos pasado la vida y se nos ha ido la historia criticando la gerencia pública y sus desaciertos, la corrupción y el nepotismo. Obviando siempre la reflexión individual, la observación de mi desenvolvimiento en el inmediato entorno: mi casa, mi oficina, la cuadra donde vivo, la plaza a la que voy, el bar donde me tomo la cerveza, el kiosco donde compro la malta y el periódico todas las mañanas. Se nos olvida que nosotros también podemos ser corruptos, nepóticos o embusteros. Estamos ante una nueva exigencia social, estos 15 años tienen el deber de servirnos para recordar el rol que cada quien debe asumir y responder ante las responsabilidades que éste le exija: zapatero a su zapato. Es inviable una salida armónica de nuestros problemas sin reconocer el papel individual que nos corresponde asumir. Es impensable la construcción de nuevo orden social sin asumir nuestras culpas ciudadanas. Porque los deberes ciudadanos no sólo se expresan a través del voto. Porque el progreso no sólo depende del presidente.

En definitiva, les invito, "a bajarle dos " en jerga juvenil caraqueña. A dejar de gritar. A dejar de salir de casa peleando con Nicolás. Mi invitación es a preguntarse qué estamos haciendo bien y qué estamos haciendo mal, nosotros como individuos, como ciudadanos y como sociedad. Les invito a que hablen con su vecino, con el señor del kiosco y con el mototaxista que les hace la carrerita. Es fundamental reconocernos. Es necesario comunicarnos para romper barreras y poder encontrarnos en aquello que nos une. 


Es indispensable concientizar nuestra diversidad, nuestras aspiraciones como nación y nuestra gracia espiritual como individuos. Lo colectivo va siempre de la mano de lo invididual.

Artículo escrito para Encuentro Posible

domingo, 20 de abril de 2014

Patria - poema

¿Es un lugar la patria?

¿O es tan sólo una palabra?

una sentencia,

puñalada,

pistola apuntando,

ron con papelón,

el amor


¿Es un lugar la patria?

¿Es acaso un lugar?

unos pies,

una boca,

unos ojos,

unas manos,

un cuerpo mutilado,

pedazos,sólo pedazos


¿Es un lugar la patria?

¿es acaso un lugar?

una carretera vieja

unos zapatos gastados

una bandera

un himno

y un escudo

un héroe irrespetado


yo

ellos

nosotros.


¿Es un lugar la patria?

¿un sueño, una utopía?

¿un mal amor, un buen amante?

un joropo,

un dominó aqu'el compadre,

bañarse en el río,

oír el vaivén del mar,

el sol de los venados,

la flor de araguaney,

y este dolor
que empieza y termina
en llanto.

Patria
poder
pobreza
pasión
palidez
piedras
polvo.

jueves, 20 de febrero de 2014

A mi amiga chavista (a los chavistas todo)

Tengo 15 años sin expresarme honestamente con mis amigos chavistas, sin tratar de caer en provocaciones, porque siempre he actuado desde el amor...y este gobierno despierta en cualquiera los sentimientos contrarios....hoy ante el tweet de una amiga que decía lo siguiente:

"15 años soportando guarimbas, sabotajes y una creciente población de especuladores y estafadores. ¿hasta cuando, Apátridas?" 

y yo le respondí: 

Querida amiga: jamás me había atrevido a escribirte. Estos días he visto tus tweets y he intentado comentarte, pero termino borrándolo, porque te quiero, porque eres mi amiga, porque te conozco y sé que eres un ser de luz y de gran nobleza en tu corazón. Pero, ante lo que he me ha tocado ver y vivir estos días no puedo callarme ante este tweet que, a mi parecer, es sencillamente banal, fuera de lugar, carente de contenido, ridículo y que considero no va de la mano con lo que HOY ha pasado en nuestra ciudad, en nuestro país. 

Yo tengo 15 años aguantando que me llamen apátrida, burguesa, escuálida de mierda. 15 años en los que el hecho de vivir en Los Palos Grandes me etiqueta. Vivo con miedo a perder la vida en una esquina. Y el miedo no está en mi cabeza, está en las cifras... 24.763 venezolanos murieron en 2013 en manos de la violencia. 

Como dice Nel, en mi partida de nacimiento dice que soy venezolana. Nací en Caracas. Soy más criolla que la arepa. Mi familia paterna es margariteña. Mi familia materna llanera. Fui criada por una mujer descendiente de indios y llaneros, que se pasó la vida trabajando y echándole bolas por sus tres hijas, para que estudiáramos, tuviéramos un techo, comida en la nevera, calidad de vida, sueños...mi mamá vino de abajo Irene. Yo no decidí vivir en Los Palos Grandes, cuando nací ya estaba aquí. Estudié en colegio privado porque para mi mamá la educación pública se estaba viniendo abajo, porque esta descomposición social que vivimos hoy, apenas comenzaba...

Soy servidora pública prácticamente desde que me gradué. Trabajé en dos instituciones rojas rojitas en las que simplemente comprobé todo lo que ya pensaba de este desgobierno: corrupción, recursos despilfarrados en campañas, obligar a marchar con lista de asistencia, fanatismo, resentimiento, preparación militar a civiles, explotación de trabajadores, funcionarios con dos o más cargos, etc... ahora, ya tengo 2 años y medio siendo servidora pública para un gobierno de oposición y mi querida, nada de lo anterior lo he visto hasta ahora. Trabajo con una gente honesta que quiere el progreso y la reconciliación de los venezolanos, que sí quiere hacer país. QUE TRABAJA, NO ROBA. QUE RECIBE A CHAVISTAS Y OPOSITORES POR IGUAL. GENTE QUE ESTÁ HACIENDO PAÍS. Y SOBRE TODO. GENTE QUE NO HABLA DE ARMAS NI VIOLENCIA. QUE NO PROMUEVE EL RESENTIMIENTO. GENTE QUE NO GRITA. Sin duda, lo más preocupante de este des-gobierno es la violencia. Su discurso es violento, es sectarista, es separatista. En 15 años muy pocas veces escuché a Chávez hablar de paz y amor y cada vez que lo hacía no pasaba un día cuando ya soltaba AZUFRE por esa boca. Lo lamento amiga, en esto no puedo ser tu aliada, no puedo acompañarte. 

Te quiero y lamento todo lo que estamos viviendo....herencias nefastas de esta revolución: familias divididas, amistades distanciadas, venezolanos muertos, despedidas, tantas despedidas....tu inclusión es hoy mi exclusión. Que Dios te bendiga. Y nos vemos en la calle, ahí donde creo que finalmente podremos reconocernos como iguales, como VENEZOLANOS, como hermanos. ESTOY EN LA CALLE PORQUE YO MEREZCO, TANTO COMO TÚ, SER PODER POPULAR. 

Nuestra protesta que empezó a ser por todos los problemas que nos aquejan hoy y que ustedes no pueden negar ni disfrazar ya: escasez, inseguridad, desempleo, crisis hospitalaria, crisis educativa, crisis social, polarización... 


Hoy, para mí, se ha vuelto fuertemente en contra de la violencia, de la división...este es el gran mal, el gran cáncer y yo quiero ser parte de su sanación...no con odio, con paz y amor, con entendimiento, con escucha y sobre todo defendiéndolos también a ustedes. porque todos merecemos vivir mejor. vivir en paz. es hora de dejar de ser un guión de los políticos. creo que el gobierno no se ha dado cuenta, pero nos dió un gran arma al quitarnos los medios. ahora nosotros somos los medios y eso nos llena de valor para salir a la calle, para tocar cacerola, para escribirte a ti. que te quiero y respeto, pero por miedo a enemistarnos jamás me había atrevido a disentir de ti, así, tan abiertamente. y disculpa mi descarga. pero estoy indignada. un gobierno que haga de la indignación un arma no merece llamarse gobierno.

sábado, 15 de febrero de 2014

Mi protesta es en la calle y en Petare


"No podemos seguir perdiendo el tiempo. Ha llegado la hora de intentar una nueva composición del país que nos aleje de las fauces de un Estado todopoderoso que inhabilita las capacidades creadoras de los venezolanos" 
Isabel Pereira Pizani

A ver, si hemos decidido estar en la calle para expresarnos, que ésta se convierta en real espacio para la discusión del país, en vez de estar parados ahí sin saber que hacer, cantando consignas del 2002 y 2007 en el 2014, empecemos a hablar qué nos gustaría hacer por el país...cada quien desde sus capacidades, conocimientos y sobre todo gustos, pasiones...vamos a organizarnos...y líderes de oposición, MUD, Henrique Capriles Radonski, Leopoldo Lopez también tienen sus tareas, aprovechen este momento histórico que puede ser clave para un verdadero diálogo en el país, un sólo país...

Hay un energía que debemos canalizar y convertirla en país, empieza en tu casa, tu trabajo, tu edificio, tu calle...que seamos capaces de reconocernos en la calle, que llamemos al otro que tiene las mismas quejas que nosotros a exigir a este gobierno que trabaje, que ya está bueno, que estamos desgastados de pelear...Cada salida a la calle debe ir acompañada de las exigencias, un objetivo que se aleje del afán de ser los más fuertes. No tiremos piedras, no quememos cauchos, inventemos consignas nuevas que respondan a las exigencias, que hablen de la crisis, que sean la voz de la mamá que no consigue leche, de la abuela que hace 3 horas de cola por 2 kilos de harina, de la joven que perdió a su hermano en una balacera, de Bassil, de Spear, de todos...si salimos a pedir justicia y libertad para los estudiantes muertos, detenidos y desaparecidos, también lo hagamos por todos los venezolanos que mueren día a día en manos de la delicuencia, por culpa de las condiciones de nuestros hospitales, por no poder acceder a un seguro, por falta de medicamentos y terapias especiales...hagamos que los policías y guardias nos escuchen. No es una lucha de fuerza, sí de resistencia, sí de entendimiento...como leí el miércoles "con el corazón caliente, pero la cabeza fría". 

El chavista descontento existe, pero que sigue siendo chavista, agradecido con esta revolución que lo tomó en cuenta, habló en su lenguaje y le ha repetido infinitas veces que él gobierna...y nosotros queremos decirles, o al menos yo quiero hacerlo, que ahora soy yo quien se siente excluida, que él en verdad no gobierna y que su inclusión no es más que el intento voraz y hasta ahora bien eficaz de "jalarnos pa bajo": el pobre sigue siendo pobre, el rico rico y el chavista con cargo más rico aún...ellos lo saben, no es secreto, están todos gordos y contentos, se visten de traje y toma whisky 18 en El Alazan, viajan a Miami, París, Tokyo...y la señora que limpia en mi casa me dice que le suben un mercado que le cuesta 600 Bs, pero que la última vez fue antes del 8-D y Mercal no ha vuelto, que la harina PAN la consigue en 30 Bs, que ella quiere un cambio, pero tiene miedo a perder lo poco que tiene...una amiga que trabaja en un ente del estado me cuenta que ella ha hecho un esfuerzo por convencer a sus compañeros y se ha encontrado con que el sentimiento es el mismo, tienen las mismas quejas, los mismos sueños, pero no quieren perder su 15 y último, sus beneficios de ley y sobre todo le guardan fidelidad a su comandante eterno. No quieren a Maduro, pero tampoco a los de oposición...quisieran salir a protestar pero el miedo los deja seguir...y me atrevo a decir, más que el miedo, la pequeña llama de esperanza aún encendida en sus cerebros, Chávez les habló por más de 14 años, esos ojos que invaden algunas partes de la ciudad están también en sus mentes y corazones.

En diciembre asesinaron al papá de un amigo que sólo había salido a la panadería...en el lobby del teatro de Petare me entero que mataron a un muchacho arriba en un barrio con tiros en la cara...ahí está tenemos nuestros lugares comunes que resumen en  la crisis política, social y económica del país, que ni ellos, ni nosotros podemos tapar con un dedo...

Soy servidora pública, no soy chavista, sí trabajé para los rojos alguna vez y ahora trabajo en una fundación de un gobierno de oposición que gerencia el municipio más denso de Caracas, quizás el del país, Sucre, el cual incluye a Petare, que a su vez es unos de los barrios más grandes de Latinoamérica...Petare no es un barrio, son miles. Esa es mi trinchera, aunque no quisiera usar términos militares, pero es mi espacio de lucha, el lugar donde siento que hago país. Ahí estamos en el corazón, en el Centro Histórico de Petare, tratando de difundir, con cultura, la idea de un país mejor. Demostrando que la buena voluntad puede vencer al mal, a la violencia, a la ignorancia....

Desde el miércoles he estado entre Petare y las manifestaciones porque quiero un futuro mejor para mí, mis hijos, tus hijos, los hijos del barrio. Quiero que seamos capaces de actuar desde el deseo profundo y auténtico del bien común. Quiero estar en la calle exigiéndole a este gobierno que se revise, que de respuestas efectivas a las problemáticas y si no es capaz, que lo admita. Que cese de dar patadas de ahogado. Que asuma sus responsabilidades, sus desaciertos...Quiero que los líderes de oposición nos acompañen en estas exigencias, le hablen a todos los venezolanos, aporten posibles soluciones a la crisis, salgan con nosotros a las calles, orienten a los jóvenes que apenas terminan el liceo o comienzan la universidad y salen a la calle desorientados con una energía igual a la del malandro, pero su entorno sólo le permite acceder a gritos de histeria con groserías y maldiciones, palos, piedras y fueguitos en las calles. Veo a diario como esta carga energética está en el ambiente y la estamos traduciendo en violencia, en desconfianza y actuamos a la defensiva...la gente se grita en el metro, en el semáforo, no se da los buenos días, no da las gracias...estamos ante una crisis moral, una descomposición social del país. 

¡Qué vigentes las palabras de Bolívar! (al que tampoco quería nombrar, pero somos consecuencia de nuestro entorno y de nuestro pasado) : "Moral y luces son nuestras primeras necesidades"

En la calle he gritado, registrado videos y fotos, repudiado las acciones violentas de los colectivos armados y de los cuerpos de seguridad del Estado. He pensado en la violencia como salida, no lo niego. 

En Petare hemos estado preparando la exposición Petare-De Civitate Dei de Miguel von Dangel, un venezolano-aleman, más petareño que cualquier otra nacionalidad. Como caído del cielo nos trae esta muestra que quiere ser luz en medio de la desesperanza. Gracias Miguel por ser tan oportuno para Petare y para el país.

Seguiré en la calle siendo voz. Seguiré en Petare siendo portavoz.




"La energía del malandro es la misma energía del artista...lo que él hace con su arma, lo hago yo con mi pincel" Miguel von Dangel