domingo, 15 de septiembre de 2013

De iglesias y lágrimas...


8. septiembre. 2013. Firenze, Italia
Hoy emocionalmente he estado algo rara. 
En la mañana visité una pequeña ciudad (cittadina) que se llama Pietra Santa, famosa por sus laboratorios de mármol y bronce y por ser una de las principales ciudades donde se extrae el mármol. Un lugar para escultores...

En una estrecha calle como escondida me topé con una pequeñísima capilla llena de afrescos increíbles, que desde la puerta se veían algo ya agotados, pero aun con vida en sus imágenes, el silencio era ensordecedor, arropaba hasta la entrada de la capilla, hasta ese pedazo de acera donde yo estaba parada. No pude entrar. Ahí, tratando de no llorar, porque desde q mamá murió las iglesias para mí son llanto seguro...decidí no entrar, respirar, tragar y seguir mi camino...el día pasó, estuve en la playa, apenas comenzando la tarde cayó un diluvio que nos obligó a regresar más temprano de lo planeado a Firenze...en el camino de regreso hablé con mi roommate rusa de mis amigos venezolanos e hicimos reflexiones sobre la amistad, las personas que nos rodean, las personas que atraemos...la melancolía nos unía...cada una lejos de casa con sus añoranzas...

La capilla había estado en mi cabeza todo el día...regresaba la idea de no haber entrado para no llorar, regresaba el recuerdo del silencio que ya sólo a orillas de la puerta te dejaba sordo...me reproché no haber entrado...sobre todo para admirar el arte que estaba ahí, la expresión del arte como divinidad, siempre tan presente...y aquí en Italia más...me dormí de pronto en el autobús hasta llegar a Firenze... Al llegar casa y entrar a mi cuarto me fui en llanto, ese que contuve frente a la capilla... algo no me dejaba parar de llorar, me puse a llorar como niña, como si mamá hubiese muerto ayer. Y comprendí que todavía no le digo adiós, que debo aceptar que me ha costado un mundo dejarla ir, que la veo en cada tienda de ropa de señoras, en cada pashmina en los puestos en las calles, en cada escultura, en cada cuadro, en los atardeceres...que la busco...que efectivamente hay un vacío en mi vida y es ella, es su ausencia, que es lo más vivo que tengo de ella. Que este viaje lo hago con ella. Recuerdo que antes de montarme al avión en Maiquetia, solo pensaba en ella y todas las veces que planeamos Europa juntas, el arte juntas, enmudecernos ante tanta belleza, ante tanta creación...sus palabras "cuando me cure nos vamos a Europa gordita"....y recordé que sentada esperando para embarcar le escribí un poema en mi libretica....y aquí está.

Maiquetía, Venezuela 15 agosto 2013.

Estás conmigo,
nos vamos de viaje,
hoy,
juntas.

Y me aferro a tu mano,
porque no la siento,
pero no sé cómo
sé que estás,
aquí,
a mi lado,
sosteniéndome,
como siempre.

Mi eterna compañera,
Delita,
madre, amiga, hermana
estás conmigo
y hoy
nos vamos de viaje,
a quedarnos mudas
juntas
como tantas veces
lo planeamos,

Estás conmigo
y hoy,
nos vamos de viaje.

15. Septiembre.2013 Firenze, Italia

Este fin de semana salí de paseo con mi compañera de casa aquí en Italia, fuimos a la Emilia Romagna (Maranello, Modena y Bologna) a visitar a unos amigos y tener un fin de semana distinto. Ayer estuvimos de fiesta en Modena y hoy pasamos el día en Bologna: museos, iglesias, plazas, heladería recomendada por mi amigo Johis, pizza y calzone.

Entramos a varias a iglesias, a la Basílica de San Petrogno, la catedral metropolitana, la del sagrado corazón de Jesús y otra que recuerdo el nombre ahora...en todas silencio, excepto en la catedral, fue a la última que entramos, había misa con coro y órgano...Caterina es cantante lírico, a pesar de no ser católica, me pidió quedarnos un poco para escuchar al coro...nos sentamos y de nuevo el llanto....aquí sin vergüenzas lloré...sentía como Caterina me miraba y no se atrevía a nada, ni a hablarme, ni a pasarme la manito...pero yo necesitaba llorar, ahí...lo hice a todas mis anchas....le hablé a mamá, a Dios, a la virgen, le hablé al abuelo Manuel, a mi prima Mayra...me hablé a mí misma...llorar sana, llorar libera.

De pronto, hubo silencio, un momento de la misa que no entendí...el sacerdote se retiró del altar por unos minutos....el coro no cantó más....el órgano empezó a sonar...y así hasta que comenzó a cantar una joven. Recordé mis tiempos de coral, recordé los domingos de ir a misa con mamá y después a almorzar a un buen restaurante...italiano la mayoría de las veces por cierto. Recordé como mamá siempre nos envolvió siempre de su paz espiritual, como siempre fue ejemplo de bondad, sinceridad, alegría, altruismo, fe, respeto, compromiso y tantas cosas santas....y llegaron de nuevo, como siempre las preguntas, los reproches, las suposiciones...todas esas cosas que vienen con la muerte...que no tienen sentido, pero que de algún modo siempre regresan a la mente. Y necesité su abrazo...como tantas otras veces...y no puedo mentirles, ese abrazo no llegó...como tantas otras veces. Pero, esta vez entendí que entrar a un iglesia es un pequeño encuentro con mamá, con su esencia, con su fe, con su verdad...no me detendré de nuevo a pensar en la puerta de una iglesia si entro o no, aunque para mí la Iglesia de hoy como institución no representa mi fe, mis creencias (esto es otro tema)...esas edificaciones grandes o pequeñas siempre están llenas de silencio, de paz, de energía santa y me llevan a mamá y cuando salgo, ocurre el pequeño milagro, estoy en paz....y mis lágrimas no son en vano....mis lágrimas son amor.

Mamá: sigo llorándote en las iglesias, me dijeron que es porque aún me estoy despidiendo...que dos años son dos días...creo que es que simplemente de ti no puedo despedirme, de ti no puedo irme, sigues conmigo, seguirás conmigo....te amo y extraño tu voz y tu abrazo...pero saberme tuya para siempre, porque vengo de ti, me fortalece.

Gracias mamá por tanto, gracias mamá por traerme aquí hoy, por viajar conmigo. Estamos en Europa mamita del alma!